Nada del amor me produce envidia

Una costurera de barrio admira hasta el hartazgo a Libertad Lamarque; canta sus canciones, la imita, la idolatra.

La vida le da la oportunidad de hacerle un vestido de gala a su adorada actriz, hasta que llega a su taller otra figura relevante de la época, Eva Perón. Al ver el vestido, Evita lo quiere. No uno igual, sino ése.

Este hecho llevará a la costurera a elegir y a reflexionar sobre el poder de las acciones cotidianas, arrastrándola a una profunda crisis existencial que será determinante en su vida.

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